
Cómo vivir en una casa en obras y no morir en el intento
Todos entramos en pánico cuando escuchamos la palabra obras. De hecho, cuando tenemos un problema con las tuberías y tiene que venir un fontanero a casa, cruzamos los dedos para que se solucione sin necesidad de tirar abajo parte de la pared o incluso del suelo. Y es que es muy molesto vivir en una casa que está en obras: la vivienda se llena de polvo, supone tener inoperativa una estancia de la casa (si se trata de un dormitorio se puede poner solución, el mayor problema suele venir cuando no podemos contar con el baño o con la cocina) y, además, los ruidos que produce una obra suelen ser muy molestos, especialmente en una época en la que muchas personas siguen trabajando desde casa y lo niños pasan más tiempo en casa del habitual.