Vitamina C es lo que nos viene a la mente cuando hablamos de naranja. La fruta cítrica por excelencia en nuestra madre patria. Como si no hubiera, dentro o fuera de nuestras fronteras, más cítricos. Es común olvidarse de la existencia de otras frutas dentro de esta clasificación. A la inmensa mayoría, las naranjas les resultan un manjar que, en su punto óptimo, son una verdadera delicia e incluso, golosina natural. Dulces y refrescantes, estas frutas, son de las más consumidas, tanto a nivel nacional, como internacional. Esta fruta y todas las de su familia, son indispensables para llevar una dieta sana, variada y equilibrada.
Expertos en la materia como Cítricos Siscaret, se encargan de llevar estas estos regalos de la naturaleza cualquier parte del país, porque saben de los múltiples beneficios que aportan. Los diferentes cítricos que podemos encontrar, constituyen una de las frutas de mayor consumo, debido a su chispeante y refrescante sabor, a las infinitas combinaciones que se pueden hacer con ellas en la cocina y todos los nutrientes que aportan a la dieta.
A todos nos gusta un cítrico de vez en cuando. Limones para aliñar una ensalada, pomelos para el desayuno, una naranja o mandarina de postre, tras una comida… A media mañana o a media tarde, siempre va bien para evitar el picoteo entre comidas y no caer en las irresistibles y dañinas tentaciones que nos ofrece la industria alimentaria. Siempre es mejor opción comer una pieza de fruta que cualquier de los dulces o aperitivos que podemos adquirir en el súper.
En este post, vamos a dar un paseo por los diferentes cítricos que nos ofrece el campo. Sus propiedades, variedades y los múltiples beneficios que aporta su consumo regular, a nuestro organismo.
Del este al oeste
Resulta bastante difícil conocer con exactitud quien introdujo los cítricos en la península, en que momento llegaron para conquistar nuestros paladares y quedarse a formar parte de nuestra particular dieta mediterránea. Estas frutas, requete conocidas en todo el mundo, pertenecen a la familia de los citrus, un tipo de árboles y arbustos, procedentes mayoritariamente de Asia. Es decir, de oriente. Se cree que algunos tipos de cítricos, llegaron a la cuenca mediterránea oriental de la mano del mismo Alejandro Magno que, no podía resistirse a esa explosión de sabores y los porto a lo largo de sus conquistas.
No sabemos si eso fue así o no, lo que si sabemos con certeza es que, con el paso del tiempo, a través de los siglos y, gracias al comercio que se creo entre Europa, Asia y América, la producción de cítricos y su consumo, se expandió de tal manera que alcanzo cada rincón del planeta.
Esta gran familia de frutas, han sido utilizadas desde tiempos remotos, como alimento, medicina e incluso, cosmética. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que se trata de frutas repletas de vitaminas A, B1, B2 y, como ya sabemos, C. Por otro lado, sabemos que ayudan al organismo a procurar una mejor absorción de hierro, aliviar las molestias gástricas y poseen unas excelentes propiedades como antioxidante natural. Otro de sus aportes, es la hidratación que aporta a la piel.
Siendo así, esta familia de frutas, ofrece una excelente y variada lista de propiedades y beneficios para la salud. Razón por la que, inevitablemente, los cítricos en general, están presentes en todos los hogares del mundo.
La mejor forma de consumirlos, es al natural, de temporada y en su punto óptimo de maduración. Aunque cítricos podemos encontrar durante todo el año, las temporadas suelen darse a principios de año y en otoño.
Son aptos para cocinar y aportar toques exóticos y frescos a los diferentes platos. Insustituibles en repostería, donde juegan un papel muy importante y, por supuesto, en los zumos y bebidas détox, tan en auge. Nadie puede resistirse a un buen zumo de naranja recién exprimido, por mucho que nos digan que, así, pierden las vitaminas.
De uno en uno, conociendo a los cítricos
Conocemos a la mayoría de ellos, otra cosa es que los hayamos consumido. No todos saben igual, evidentemente y algunos de ellos, son más ácidos, fuertes o amargos. Posiblemente, esa sea la razón de que la naranja, sea el más consumido, su equilibrio entre dulzor y acidez, la convierten en la fruta por excelencia.
Por lo tanto, empezaremos por la reina de los cítricos: la naranja. Esta fruta, representa sin ningún complejo, las tres cuartas partes de la producción mundial de todos los cítricos. Dentro de su extensa familia, es sin duda, la más afamada. En su categoría, podemos encontrar a su vez, diversas variedades, con diferentes usos. La naranja de mesa, más utilizada para tomarla tal cual o la naranja de zumo, lógicamente, ideal para hacer zumo. En cualquier caso, ambas poseen una elevada concentración de vitamina C, pudiendo alcanzar hasta el sesenta y cuatro por cien de los valores diarios recomendados.
Su conservación en casa debe hacerse en lugar fresco y sin luz directa, ventilado y lejos de la humedad. Así garantizamos una mayor duración en buen estado de conservación.
El siguiente de la lista, es su opuesto: el limón. De color amarillo y sabor ácido, esta fruta cítrica, es otro de los grandes referentes en el universo de los cítricos. Se cree que su origen se encuentra al noroeste de la India, desde donde se fue expandiendo a lo largo del globo. Poco importa su origen, pues afortunadamente, podemos disfrutar de esta excepcional fruta, dotada con un aroma y sabor intensos, que se utiliza en infinidad de recetas, sean dulces o saladas y bebidas. Debido a ese potente sabor, es habitual utilizarlo como el aderezo ideal de muchos platos.
El zumo de limón, posee un cinco por cien de ácido cítrico, convirtiéndolo en el aliado perfecto para mantener fuerte el sistema inmune, activar el metabolismo e, incluso, cortar las hemorragias.
Mandarinas de la China. Muchos habréis odio ese chascarrillo. Pues cuando el rio suena, agua lleva y, verdaderamente, esta fruta, similar a una naranja, pero de tamaño menor y sabor y textura diferentes, se cosecha en la China y la India desde hace más de tres milenios. Sus gajos suaves y llenos de zumo, la convierten en una fruta dulce, cargada de fibra y vitamina C. Su piel es blanda y sus gajos, bien formados, se desprenden fácilmente, lo que la convierten en un tentempié ideal para su consumo inmediato. Dentro de su categoría, podemos encontrar la mandarina grande, la mandarina con hoja y la mandarina mini.
Exótica y súper ácida, la lima es el más ácido de todos los cítricos. De sabor inconfundible y característico, esta fruta es muy utilizada en la preparación de bebidas y coctelería, debido a su alto contenido en ácido cítrico que, ronda ni más ni menos que el ocho por ciento. Su color, verde brillante y su fina cáscara, hacen que su presencia cada vez mayor, en la gastronomía, no pase desapercibida. A pesar de su intenso aroma y sabor, su concentración de zumo es inferior a la que posee el limón.
La naranja, todo dulzura, tiene un primo hermano opuesto a ella: el pomelo, amargo pero carnoso y jugoso. Este cítrico se consume como fruta fresca y tiene unos orígenes más modernos y concretos: el Caribe allá por el siglo XIX. Suele ser utilizado para hacer zumos, helados y macedonia. Indiscutible fuente de vitamina C, ácido fólico y antioxidantes que ayudan al organismo a prevenir enfermedades de origen cardiovascular y fortalecer el sistema inmune, al mismo tiempo que contribuyen a estabilizar la flora intestinal.
Estos son sin duda los más conocidos y consumidos, pero existen algunos más como la clementina, el satsuma o mandarina japonesa o el komuat.
En definitiva, los cítricos, constituyen la alianza perfecta de una alimentación rica, variada y equilibrada. Si queremos tener una buena calidad de vida, consumir cítricos es la mejor manera de mantener en forma el organismo. Nos permite cuidar de nuestra salud y prevenir las posibles enfermedades que podemos sufrir. Las frutas y vegetales son los ingredientes clave para llevar una dieta que potencie nuestro bienestar.
Los cítricos en particular, son una excelente fuente de vitaminas, minerales y nutrientes. Razón por la que hay que tenerlos muy presentes en nuestra dieta. Además de poseer unas cualidades culinarias nada desdeñables, siendo compañeros excelentes de platos de todo tipo, tanto a nivel gastronómico como repostero.
La preparación de aliños, encuentran en los cítricos el ingrediente estrella: vinagretas para ensaladas, carnes y pescados. Pollo al limón, pato a la naranja o un salmón marinado con cítricos más ácidos como el limón o la lima, para después complementarlo con un dulce zumo de naranja, puede deleitar al más exigente de los paladares.
Mermeladas de naranja amarga, mandarina o limón y jengibre, son opciones dulces y saludables, perfectas para acompañar cualquier desayuno. Incuestionable el sabor que aporta la ralladura de naranja y limón a un arroz con leche, una crema pastelera o el más jugoso de los bizcochos.
Sea como fuere, los cítricos, son parte indispensable de la dieta, su mejor versión, siempre al natural para obtener todos sus beneficios.