Viajar mola, pero moverse siempre deja huella. Yo, desde fuera, siempre me pregunto si alquilar un coche realmente ayuda al planeta o si al final solo te quedas con la sensación de “Ah, bueno, por lo menos no es mío, ya hice algo”. Entre anuncios de coches eléctricos, híbridos y SUV enormes, es fácil perderse. Y, siendo sinceros, yo nunca he sido de trenes ni autobuses largos, así que la pregunta de “alquilar o no alquilar” siempre me ronda la cabeza.
A veces alquilar parece la opción más práctica: recoges el coche en la ciudad, pones tu música favorita, y te vas sin depender de horarios ni conexiones.
Pero, claro… el tema de la contaminación está ahí y no podemos ignorarlo.
Factores que influyen en la contaminación de un coche alquilado
Hay varias cosas que afectan mucho.
Primero, el tipo de coche. No es lo mismo un coche pequeño que un SUV enorme con motor de gasolina. Los coches grandes consumen más y sus emisiones por kilómetro son mucho mayores.
Luego está el tema del combustible o electricidad. Mouronte, empresa que alquila coches a corto y largo plazo, nos explican que un coche eléctrico contamina muy poco mientras circula, pero que depende de cómo se cargue. Si lo enchufas a una red que funciona con carbón o gas, las emisiones siguen ahí. Por otro lado, un coche de gasolina o diésel nuevo y bien mantenido contamina menos que uno viejo, porque los motores modernos son más eficientes y los filtros son mejores. No es tan simple como pensar que eléctrico siempre es la opción mágica.
Otro factor que pesa mucho es el número de personas que viajan. Suena obvio, pero si vas sola en un coche enorme, tus emisiones por persona son altísimas. Si vais cuatro, el impacto por cabeza baja considerablemente. Por eso, a veces alquilar un coche puede ser más eficiente que ir en varios coches individuales, siempre que se llene bien.
Luego hay que pensar en el consumo real del coche, no solo en la ficha técnica. Conducción agresiva, aire acondicionado a tope y arranques bruscos aumentan las emisiones, incluso si el coche es nuevo.
También entra en juego el mantenimiento y estado del vehículo: las flotas de alquiler suelen estar más cuidadas que coches viejos que tenemos en casa, y eso reduce contaminación.
Comparando con tu propio coche
Mucha gente piensa que su coche viejo es la mejor opción porque “ya lo tengo”, pero la realidad es que un coche muy antiguo consume más y contamina más por kilómetro que uno nuevo. Eso significa que, aunque no pagues alquiler, puedes estar dejando una huella mayor de la que imaginas.
Imagina que tu coche tiene más de 10 años, consume 10 litros cada 100 km y vas sola en él. Las emisiones por persona son bastante altas. Si alquilas un coche pequeño y eficiente para el mismo viaje y lo compartes con otra persona, tu impacto por cabeza baja. Esto no significa que alquilar siempre sea mejor, pero sí que depende mucho del coche que tengas y de cómo lo uses.
También hay que tener en cuenta la distancia del viaje. Para trayectos cortos, el impacto de un coche viejo se nota menos. Pero en viajes largos, alquilar un vehículo más eficiente o eléctrico puede marcar la diferencia. Y ojo, que si tu plan es roadtrip, paradas largas y varios días, entonces cada kilómetro cuenta.
Transporte público VS coche alquilado
Ahora vamos a ponerlo en contexto: tren, autobús o avión. Si hablamos de emisiones por persona, los trenes y autobuses suelen ser más limpios que un coche, incluso si es eléctrico. Eso es especialmente cierto en trayectos largos. El avión, en cambio, tiene emisiones altísimas, así que aunque tardes menos, el impacto ambiental es enorme.
Por eso, alquilar un coche puede tener sentido en ciertas situaciones: cuando no hay transporte público directo, cuando viajas en grupo y quieres flexibilidad, o cuando vas a zonas rurales donde el tren ni llega. Pero si tienes la opción de un tren directo, probablemente sea más limpio y más cómodo para descansar mientras alguien más conduce.
Cómo elegir el coche correcto para contaminar menos
Si decides alquilar, hay formas de minimizar la contaminación.
Primero, elige un coche pequeño y eficiente. Los eléctricos e híbridos son ideales si la carga es limpia, pero incluso un coche moderno de gasolina consume menos que uno viejo.
Segundo, llévalo lleno. Sí, suena básico, pero las emisiones por persona bajan mucho si no viajas solo. Llevar amigos, pareja o familia hace que cada kilómetro sea más eficiente.
Tercero, planifica bien la ruta. Evita dar vueltas innecesarias, busca carreteras directas y aprovecha las apps de tráfico para no quedarte atascado. Cada parada y cada semáforo suman.
Cuarto, conduce tranquilo. Aceleraciones suaves, mantener velocidad constante y no abusar del aire acondicionado ayudan a reducir emisiones. Parece una tontería, pero suma bastante.
Y por último, infórmate sobre la fuente de energía si alquilas eléctrico. Mouronte explica que enchufar un coche a una red con energía renovable reduce las emisiones drásticamente. Así que no solo importa el coche, sino también cómo se mueve el mundo que lo alimenta.
Alquilar puede ser menos contaminante que tu coche viejo
Alquilar puede ser más ecológico que usar tu propio coche viejo. Especialmente si tu vehículo es antiguo y poco eficiente. Porque sí, el alquiler te da acceso a coches nuevos, mejor mantenidos, con mejores filtros y motores más limpios. Eso significa que cada kilómetro que recorres deja menos huella que tu coche de 15 años.
Y aquí viene lo interesante: aunque alquiles un SUV grande, si lo compartes con varias personas y conduces con cuidado, puedes estar haciendo más por el planeta que tu propio coche individual. Es un poco como un “truco” que no muchos consideran, pero funciona.
Consejos prácticos para contaminar menos sin volverte loco
- Rellena hasta arriba: cada persona que viaja baja el impacto por cabeza.
- Evita coches enormes si no los necesitas: no hace falta un tanque si solo vas dos.
- Planifica paradas y ruta: menos vueltas, menos consumo.
- Conduce tranquilo: sin acelerones ni frenos bruscos, el coche se lo agradece.
- Si puedes, eléctrico o híbrido: y revisa la energía que usa para cargarse.
- Comparar con transporte público: a veces el tren directo es más limpio y menos estrés.
No es complicado, pero requiere un poco de conciencia. Y oye, tampoco hay que volverse loco: la idea es reducir impacto, no obsesionarse con cada kilómetro.
Alquilar no siempre salva al planeta
Alquilar un coche suena a “soy responsable con el planeta”, pero hay que ser sinceros: a veces no es tan así.
Por ejemplo, si alquilas un coche grande solo para ti, como un SUV enorme porque “queda bonito en la foto”, las emisiones por persona se disparan. Y sí, aunque sea nuevo y eléctrico, la electricidad que lo carga puede no ser la más limpia, dependiendo de dónde vengas.
Además, muchas personas alquilan para trayectos cortos, pensando que es solo un capricho práctico, pero los coches de alquiler suelen recorrer kilómetros para llegar a sus clientes, y eso suma emisiones que casi nadie considera. Así que, aunque parezca que el impacto se limita a tu viaje, en realidad forma parte de un ciclo más grande que incluye transporte, mantenimiento y logística de la flota.
Y no nos engañemos: muchas veces alquilamos coches enormes porque “queremos comodidad” o “hay que estar preparados para todo”, y la verdad es que en la mayoría de viajes no necesitamos tanto. Un utilitario pequeño suele ser suficiente y contamina mucho menos.
La conclusión es que alquilar puede ser más ecológico que un coche viejo, sí, pero también puede ser igual de dañino si no pensamos un poco antes de elegir el vehículo, planificar el viaje y considerar cómo se carga y quién viaja con nosotros.
No es solo cuestión de coche, es cuestión de cómo usamos lo que tenemos a mano.
Viajar y contaminar, un equilibrio posible
La decisión de alquilar o no alquilar no tiene una respuesta única y válida. Depende de tu coche, de quién viaje contigo, del tipo de viaje y de las alternativas que tengas. Alquilar puede ser más limpio que usar un coche viejo, pero menos limpio que un tren directo. No hay fórmulas mágicas, aunque a veces nos encantaría que las hubiera.
Lo importante es que uno sea consciente y busque la manera de reducir impacto sin perder la libertad de viajar. Cada elección suma: un coche más eficiente, una conducción más tranquila, compartir viaje, evitar vueltas innecesarias o planear bien las rutas. Todo eso hace la diferencia. Y sí, a veces alquilar puede ser la opción más sensata, no solo por comodidad, sino por responsabilidad, y también porque nos permite probar coches más nuevos y que, además, contaminan menos.
Al final, la reflexión que me queda es simple: viajar mola, pero también podemos movernos de forma un poquito más consciente. Y si conseguimos eso, aunque sea un poco, ya estamos haciendo algo por el planeta sin renunciar a nuestras ganas de aventura, fotos ridículas en la carretera incluidas.