Si te gusta el turismo verde, no puedes perderte Galicia

Viajo mucho, y lo digo sin exagerar. Me encanta conocer nuevos lugares, descubrir rincones escondidos y perderme por paisajes que me dejen sin aliento. He estado en muchos sitios, pero hay uno que siempre me atrapa y al que vuelvo cada vez que puedo: Galicia.

Esta comunidad lo tiene todo para los que amamos el turismo verde: bosques infinitos, playas salvajes, rutas de senderismo, pueblos con encanto y una gastronomía que nunca decepciona.

Hoy quiero compartir contigo mis lugares favoritos de Galicia, para que, si estás pensando en hacer una escapada, tengas claro que este destino no puede faltar en tu lista.

 

Antes de empezar, y antes de viajar, piensa dónde vas a alojarte

Antes de lanzarme a la aventura, algo que siempre hago es pensar bien dónde voy a dormir.

Galicia tiene opciones para todos los gustos: desde casas rurales perdidas en medio del bosque, hasta hoteles con encanto en pleno centro de las ciudades.

  • Si buscas tranquilidad, te recomiendo optar por una casa rural. Muchas de ellas están rodeadas de naturaleza, ideales para despertarte con el canto de los pájaros.
  • Si tu plan es moverte por distintas ciudades, quizá te convenga alojarte en hostales céntricos para poder recorrerlo todo a pie.
  • El Hotel Villa de Verín, en cambio, me recordó, en una de mis investigaciones, que, si en ese viaje especial se prefiere la comodidad de que lo tengamos todo bajo control y tenerlo todo siempre preparado, aunque te cueste un poquito más, quizás te interesa más un hotel.

En mi última visita, decidí mezclar un poco: pasé un par de noches en un pequeño hotel en Santiago y luego me fui a una casa rural en la Costa da Morte. Fue la combinación perfecta entre turismo urbano y desconexión total.

Mi consejo es que reserves con antelación, sobre todo si viajas en temporada alta, porque Galicia se llena de visitantes en verano y durante las fiestas locales.

 

Santiago de Compostela

No importa cuántas veces haya estado en Santiago, siempre descubro algo nuevo. La catedral es, sin duda, el corazón de la ciudad. No puedes dejar de visitarla. Yo siempre recomiendo hacer la visita guiada, porque así entiendes mejor la historia y los detalles que a simple vista se te pueden escapar. Si tienes tiempo, sube a las cubiertas de la catedral: las vistas son espectaculares.

Después de visitar la catedral, me gusta perderme por las calles del casco antiguo. Hay cafeterías acogedoras donde tomar un café con una tapa (sí, en Galicia la tapa suele venir gratis) y tiendas de artesanía perfectas para llevar algún recuerdo. Si te apetece un plan más tranquilo, acércate al Monasterio de San Martín Pinario. La entrada es asequible y el lugar tiene un encanto especial.

Para moverte por la ciudad, lo mejor es ir a pie. Las calles son estrechas y todo está bastante cerca. Eso sí, lleva calzado cómodo porque el suelo empedrado puede ser traicionero. Y no te olvides del paraguas: en Santiago puede llover en cualquier momento.

 

Muxía

Muxía fue uno de esos lugares que me sorprendió desde el primer momento. La Costa da Morte tiene fama de ser salvaje, y cuando estás allí lo entiendes. La iglesia de la Virgen de la Barca es uno de los sitios más visitados. Se encuentra justo al lado del mar, y ver cómo las olas golpean las rocas es hipnotizante. Si tienes suerte y pillas un día soleado, las fotos que puedes hacer son espectaculares.

Otro plan que me encanta es caminar por los senderos que bordean la costa. Hay rutas para todos los niveles, pero te aconsejo llevar buen calzado y algo de abrigo, porque el viento no perdona. Y si eres de los que disfruta con la gastronomía local, no puedes irte sin probar el pulpo a la gallega en alguno de los bares del puerto. Yo lo acompañé con una copa de vino albariño y fue todo un acierto.

En Muxía es fácil desconectar. No hay agobios, la gente es amable y el ritmo de vida parece ir más despacio. Si buscas paz y naturaleza, este es tu sitio.

 

A Coruña

A Coruña es una ciudad que combina muy bien lo urbano con la naturaleza. La Torre de Hércules es, sin duda, su símbolo. La última vez que estuve allí subí hasta lo alto y, aunque las escaleras se hacen un poco largas, las vistas merecen la pena. Al bajar, me gusta caminar por el paseo marítimo. Es uno de los más largos de Europa y puedes ver desde playas urbanas hasta esculturas modernas.

Si te apetece algo de cultura, el Museo Domus y el Aquarium Finisterrae son dos buenas opciones (déjame añadir, además, que el tiburón del acuario es espectacular). Y, si eres más de pasear, te recomiendo la Plaza de María Pita y las calles del centro. Hay un montón de bares donde tapear. No te vayas sin probar la empanada gallega y las zamburiñas.

Para moverte por A Coruña, lo mejor es combinar caminatas con transporte público. Si vas en coche, ten en cuenta que aparcar en el centro puede ser muy complicado, así que a veces compensa dejarlo en las afueras y coger un bus.

 

Ourense

Ourense es conocida por sus termas, y no me extraña. Después de un día de turismo, no hay nada como relajarse en las aguas calientes al aire libre. Mi favorita es la zona termal de Outariz, donde puedes pasar horas de puro relax. Llévate bañador, toalla y chanclas. La entrada es asequible y merece la pena.

Además de las termas, me gusta pasear por el casco histórico. La catedral de Ourense es bonita y sus calles están llenas de bares y tiendas locales. Un plan que descubrí hace poco fue visitar la villa de Verín, sobre todo durante el Entroido, su famoso carnaval. La fiesta es colorida, divertida y perfecta para conocer la cultura local.

Para moverte por la zona, lo mejor es ir en coche. Así puedes explorar pueblos cercanos y disfrutar de los paisajes. No te olvides de llevar ropa cómoda y, si viajas en invierno, abrigo: aquí las temperaturas pueden bajar bastante.

 

Ribeira Sacra

Si te gusta el vino y los paisajes de montaña, la Ribeira Sacra es imprescindible. Lo que más me impresionó fueron los cañones del Sil. Hay varios miradores desde donde puedes ver cómo el río se abre paso entre las montañas. Uno de los mejores planes es hacer un paseo en catamarán por el río: la sensación de estar rodeado de esas paredes de roca es increíble.

Otro punto fuerte de la zona son los monasterios escondidos. Yo visité el de Santo Estevo y me encantó; incluso puedes alojarte allí, ya que lo han convertido en un parador. No te vayas sin probar alguno de los vinos de la zona, sobre todo los de la variedad mencía.

Para recorrer la Ribeira Sacra es casi imprescindible ir en coche. Las carreteras son estrechas y llenas de curvas, pero el paisaje compensa. Llévate calzado cómodo si planeas hacer alguna ruta de senderismo y, si vas en verano, no olvides el protector solar.

 

Cíes

Las Islas Cíes son uno de esos lugares que parecen sacados de un catálogo de viajes. La playa de Rodas fue elegida como una de las más bonitas del mundo, y cuando la pisas entiendes por qué: arena blanca, agua cristalina y un entorno natural protegido. Eso sí, el agua está fría, así que si te animas a bañarte, prepárate.

Para llegar a las Cíes tienes que coger un barco desde Vigo. Te recomiendo reservar con antelación, sobre todo en verano, porque las plazas son limitadas. Una vez allí, puedes hacer varias rutas de senderismo; la que lleva hasta el faro es mi favorita. Lleva calzado cómodo, comida y agua, ya que las opciones para comprar allí son limitadas y más caras.

Si decides quedarte a dormir en el camping, reserva con tiempo. Despertarte allí, con el sonido del mar de fondo, es una experiencia única.

 

O Grove

O Grove es famoso por su marisco, y no es para menos. Cada vez que voy, aprovecho para darme un homenaje gastronómico. La fiesta del marisco, que se celebra en octubre, es una excusa perfecta para visitar el lugar. Además de comer bien, puedes recorrer la isla de A Toxa, conocida por sus aguas termales y su famosa capilla cubierta de conchas.

Si te gusta pasear, la ruta por la costa es muy agradable y las vistas son preciosas. Y si el tiempo acompaña, las playas cercanas son ideales para pasar el día. No te olvides de llevar protector solar, sombrero y una toalla si planeas quedarte en la playa.

Moverte por O Grove en coche es cómodo, pero si vas durante la fiesta del marisco, ten paciencia con el tráfico y el aparcamiento.

 

No puedes perderte estos increíbles lugares

Galicia es ese lugar al que siempre quiero volver. Tiene una combinación de naturaleza, cultura, buena comida y gente amable que te hace sentir como en casa. Cada rincón es especial, desde las ciudades con historia hasta los pueblos más pequeños. Si te gusta el turismo verde y buscas un destino donde desconectar y disfrutar, Galicia no te va a decepcionar.

Mi consejo: ven con tiempo, con ganas de explorar y con espacio en la maleta para llevarte algún que otro recuerdo… y sobre todo, muchas ganas de volver.