Las vacaciones y escapadas ya no son cosa exclusiva de la época estival. Las opciones de alojamiento son tantas y tan versátiles que es posible realizar escapadas de pocos días en cualquier momento del año. Una de las opciones de alojamiento con mayor crecimiento son las casas y alojamientos rurales que dejan a un lado los espectaculares y lujosos hoteles a los que siempre se aspiraba a ir a pasar unos días.
Con independencia de si estamos en verano o decidiendo donde pasar las próximas vacaciones, en este artículo vamos a comparar las casas rurales y los hoteles para comprobar cuál de estos alojamientos, se adapta más a nuestros gustos y preferencias en cada momento. Las casas rurales han evolucionado hasta el punto de no ser tan económicas como antaño, cuando eran una de las elecciones más factibles debido a su economía. Los servicios y actividades que ofrecen así como la comodidad de sus instalaciones han pasado de ser esencialmente rurales a convertirse en espacios con todo tipo de comodidades pero dentro de un entorno rural y natural del que suelen carecer los grandes hoteles.
Elegir el tipo de alojamiento define el tipo de experiencia deseado para pasar las vacaciones. En función de las preferencias, decantarse por una casa rural como La canal de Salem con todo tipo de comodidades en un entorno natural espectacular o un hotel en la costa o una ciudad emblemática, influye directamente en todo lo demás: desde la interacción cultural y social con los residentes hasta la comodidad y el coste.
A continuación, comprobaremos punto por punto, las diferencias esenciales entre alojarse en una casa rural o en un hotel tradicional. Aunque muchos seguro que conocen de sobra estas diferencias, a otros puede serles de gran utilidad a la hora de decidir donde pasar sus próximas vacaciones.
La experiencia de lo autentico
En cuanto a experiencia cultural, una casa rural ofrece una profunda inmersión en la cultura local y el entorno en el que se ubica, algo que no sucede con los hoteles. Cada propiedad de una casa rural, es el reflejo de la arquitectura y estilo de vida que impera en la región, lo que ofrece a los huéspedes una experiencia más genuina y autentica desde que entran en sus instalaciones. Arte y mobiliario local, entornos rurales y naturales que realzan esa belleza natural propia y la naturaleza de la zona.
En cambio, los hoteles, sobre todo los que pertenecen a grandes cadenas hoteleras, ofrecen experiencias homogéneas en cualquiera de sus establecimientos. Una atención menos personalizada y carecen del encanto que ofrecen las casas rurales y sus propietarios.
Algo que ofrecen las casas rurales es espacio. Los huéspedes pueden disfrutar de una simple habitación o de una casa entera para hacer su vida en ellas sin necesidad de recurrir a restaurantes u otros servicios como el de lavandería. Habitaciones, salas de estar, cocina e incluso jardines o patios privados. Estos aspectos, garantizan la privacidad y permite sentirse como en casa, con las mayores comodidades y sin restricciones de espacio como sucede en los hoteles, donde solo cuentas con tu habitación y el baño.
Los hoteles, en cambio, ofrecen habitaciones estándar y zonas comunes que suelen estar atestadas de otros huéspedes. La privacidad en ciertos momentos no es posible y siempre es necesario recurrir a la cocina del hotel o salir del mismo para realizar actividades o comer.
El coste es otro factor a tener en cuenta. Si bien es cierto que, como comentábamos párrafos atrás, los costes de las casas rurales han experimentado una subida, siempre va a resultar más económico que hospedarse en un buen hotel. Lo mejor es la posibilidad de poder compartir los gastos con otros huéspedes, así como el hecho de disponer de una cocina que evita gastar de más en las diferentes comidas que hay que hacer al día. Alquilar las casas rurales sale más rentable cuando se trata de largos periodos en los que se aplican tarifas reducidas.
Los hoteles ofrecen algunas comodidades como el desayuno incluido y el servicio de habitaciones que, a veces viene muy bien. Sin embargo, estos servicios incrementan notablemente los costes de la estancia. Acceso a WiFi, instalaciones deportivas y ocio, suelen suponer un coste añadido.
Al final lo que nos gusta es el trato personalizado. Nada de estándares en la atención, algo personal y cercano siempre es preferible. En las casas rurales se dispone de una flexibilidad amplia en cuanto a horarios y actividades que se adaptan perfectamente al cliente. De tal manera que los huéspedes pueden planificar sus días como mejor convenga, explorar la región a su ritmo y realizar las actividades que más se ajusten a sus intereses, sin estar sometidos al horario.
Por el contrario, los hoteles si cuentan con horarios fijos para disfrutar de muchas de sus comodidades y servicios. Esto limita la personalización de la experiencia del viaje. Aunque se trata de una estructura ideal para los que valoran sobre todo la comodidad y el servicio de más alto nivel. Sin embargo para aquellos que buscan una escapada más relajada y personal, no se ajusta a sus necesidades.
Evidentemente la naturaleza es algo que a la gran mayoría atrae sobremanera. Las casas rurales están en entornos naturales, esa es una de sus principales características, aun estando en zonas habitadas, se trata de entornos rurales muy cercanos a la naturaleza. Además de tratarse en la gran mayoría de los casos de espacios naturales de una gran belleza y que a su vez, permiten un acceso fácil a la realización de todo tipo de actividades al aire libre como el senderismo, el ciclismo, la observación de la fauna y la flora, etc.
No podemos negar que hay muchos hoteles en medio de la nada. En estos hoteles suelen ofrecerse todo tipo de servicios creados por el hombre dentro de las mismas instalaciones o complejos hoteleros. Para acceder a las actividades más rurales tienes que salir del entorno y adentrarte en las zonas menos turísticas.
Cuestión de gustos y preferencias
No podemos decir que es mejor o que es peor. En ninguno de los casos se trata de una elección inadecuada o negativa. Todo depende de lo que se pretenda sacar de la escapada. Elegir entre una casa rural o un hotel depende exclusivamente de las preferencias y gustos personales de cada uno, así como del tipo de experiencia que se quiera tener.
Los que valoran más la autenticidad, la privacidad y el espacio que permiten alcanzar una conexión más profunda con el entorno en el que has decidido pasar tus vacaciones, lo mejor es una casa rural. En el caso de priorizar la conveniencia, el servicio inmediato y las experiencias previamente gestionadas, el hotel es el lugar ideal para satisfacer todas esas necesidades.
Por otro lado, podemos encontrar ese punto intermedio que suponen los hoteles rurales que cuentan con lo mejor de cada tipo de alojamiento. Entornos y espacios naturales en las inmediaciones pero con las comodidades del hotel más común. Actividades organizadas por el propio hotel pero realizadas en entornos naturales de gran valor.
En cualquier caso, tanto hoteles como casas rurales, son alojamientos que ofrecen lo mejor a sus clientes. Cada uno dentro de su estilo y poniendo al servicio de los huéspedes todo lo necesario para que pasen una experiencia de lo más grata y quieran repetir.
Para concluir, queremos dar algunas razones extras para aquellos que dudan sobre donde alojarse en sus próximas vacaciones. Como en este caso somos más partidarios de lo rural, las razones van por ese camino, debido a que se trata de una excelente alternativa para todo tipo de usuarios: familias, grupos, parejas o amigos.
Lo primero que hay que valorar es la autenticidad que ofrece un alojamiento rural, la conexión con la naturaleza, explorar el campo, bosque o la montaña, aprender sobre la cultura y tradición local…
La tranquilidad es el plus añadido que permite desconectar del ruido y el estrés para descansar y disfrutar de la familia o amigos.
El espacio disponible pues suele tratarse de casas o villas con todo tipo de comodidades y estancias para moverse y relajarse sin necesidad de salir fuera.
En muchos casos es posible estar en contacto con los animales de granja que muchas casas rurales tienen.
Disfrutar de la gastronomía local, puesto que en muchas casas rurales ofrecen servicio de comidas realizadas por los propietarios o cocineros de la zona. Suelen servir comida orgánica, sana y con ingredientes de la zona.
La facilidad de realizar todo tipo de actividades al aire libre, como las que ya hemos citado.
Estar en un ambiente familiar y cercano, interactuando con personas de la zona que pueden mostrarte todo lo necesario sobre el entorno.
El coste más reducido que permite ahorrarse un dinero que puede invertirse en realizar otras actividades o probar todo tipo de productos locales.
Por último, la citada flexibilidad que ofrece un alojamiento rural, con total (o casi) libertad de horarios para entrar o salir y realizar todo tipo de actividades en el momento que más te convenga.
Aun sabiendo todo esto y resultándonos tan atractivo, no podemos negar que la comodidad de los hoteles, puede ser una excelente elección en según que momentos y circunstancias.