Muchas de las personas que os disponéis a leer estos párrafos habréis escuchado en múltiples ocasiones la importancia que tiene el hecho de que cuidemos de nuestro medioambiente puesto que nos encontramos en un momento tremendamente importante para evitar que la degradación de nuestro planeta sea ya irreversible. Y lo cierto es que esta es una verdad como la copa de un pino, a nadie le cabe la menor duda. Estamos en un momento complicado y en el que se requiere de la ayuda de todo el mundo para que la Tierra sobreviva a la situación tan adversa en la que le ha dejado el ser humano.
Ese es el motivo por el que han surgido proyectos de todo tipo con el objetivo de fomentar las energías renovables, el reciclaje o la reforestación de espacios. Lo cierto es que todo suma a la hora de combatir la degradación de nuestro entorno, pero hay cosas que, además de ello, nos permiten obtener productos de primera clase: es por eso por lo que las plantaciones de vid han aumentado en toda Europa en los últimos tiempos. Se trata de una cuestión que favorece el estado de salud del planeta y que, además, nos permite potenciar la producción de vino, que es una de las señas de identidad de nuestra gastronomía.
Una gráfica elaborada por el portal web Statista hacía un balance sobre la superficie de viñedo que se encontraba en nuestro país entre los años 2013 y 2020. Lo cierto es que, en los últimos tiempos, la situación se había degradado un poco en España, porque habíamos pasado de tener 972.000 hectáreas en el año 2018 a disponer de 961.000 en 2020. Es necesario revertir esta situación y los datos que nos está dejando el año 2021 tienen que servir para mejorar estos registros. Así está ocurriendo en otros grandes productores de vino como lo son Francia e Italia.
Según una información publicada por la página web Libre Mercado, España seguía siendo el país del mundo con mayor superficie de viñedo, pero el cuarto productor de vino de todo el mundo. No son malos datos, desde luego, sobre todo en lo que respecta al medioambiente porque, aunque no tengamos la capacidad de sacar provecho de cada metro cuadrado de vid, sí que estamos generando un elenco de beneficios a nuestro entorno con la enorme cantidad de espacio plantado del que disponemos. Si se puede mejorar la eficiencia de la producción, eso sí, mejor que mejor.
El cultivo de vid ha sido y sigue siendo algo muy tradicional en España para poder disfrutar de uno de los productos de referencia de nuestra gastronomía: el vino. Y también ha jugado un papel muy importante a la hora de cuidar de nuestro entorno, sobre todo teniendo en cuenta la importancia que tienen las plantas en el mantenimiento del mismo. Por ambos motivos, interesa que España disponga de superficies de viñedo más amplias. Y eso es, según nos cuentan desde Plantvid, lo que están buscando conseguir bastantes productores vinícolas de nuestro país.
La apuesta por la naturaleza es una apuesta segura
Está claro que no solo podemos depender del cultivo de vid para intentar que nuestro entorno cambie por completo. La apuesta por la naturaleza tiene que ser transversal y es necesario que se apueste por plantaciones de todo tipo y que no solo, por supuesto, tengan fines comerciales. Debe haber un poco de todo porque, cuanto más diversa sea nuestra naturaleza, más será capaz de llamar la atención y de ser motivo de orgullo para los habitantes de nuestros pueblos y ciudades.
Hay muchos municipios y también varias grandes ciudades españolas que se han lanzado a reforestar parte de sus espacios y que han implicado a muchos de sus vecinos y vecinas. Ha de ser por ahí por donde continúe la apuesta por la naturaleza de la que os estamos hablando. La implicación de la gente (no solo de los agricultores) es necesaria para que realcemos la importancia de las plantas en la dura batalla que nos está tocando librar contra la degradación de nuestro entorno. Ni que decir tiene que seguir por ese camino hará que los beneficios para nuestro planeta sean mucho mayores de los que hemos conseguido hasta ahora.
Hay que ser conscientes de que esta es una lucha que nos engloba a todos y a todas. Si no somos capaces de poner nuestro granito de arena, el mundo no solo será un lugar peor a largo plazo, sino que lo será mañana. Porque los efectos de nuestros actos tienen consecuencias directas no solo a largo plazo, algo que hay gente que todavía no ha sido capaz de comprender y que más vale que vaya asumiendo. Nuestro planeta nos exige que le defendamos.