¿Cómo eliminar las ojeras?

Los ojos son unos de los rasgos más bonitos de la cara. Expresan nuestro estado de ánimo y se dice que nunca mienten. En ocasiones pueden verse turbados por unas incómodas ojeras. Cuando aparecen, nos preocupamos y nos preguntamos: ¿Por qué han salido? ¿Qué puedo hacer para eliminarlas?

Los ojos son unos de los rasgos más bonitos de la cara. Expresan nuestro estado de ánimo y se dice que nunca mienten. En ocasiones pueden verse turbados por unas incómodas ojeras. Cuando aparecen, nos preocupamos y nos preguntamos: ¿Por qué han salido? ¿Qué puedo hacer para eliminarlas?

Hay personas que durante una temporada se levantan todos los días con los parpados inferiores de los ojos marcados, ligeramente inflamados y de un color azulado. Las ojeras perduran varios días. De repente, un día desaparecen y vuelven a aparecer pasadas unas semanas.

El contorno de los ojos da una impresión enfermiza. Preocupa tanto a quien lo padece como a las personas que están a su lado. Piensas que es una consecuencia del insomnio, o un efecto del cansancio acumulado. Pero ¿Y si fuera algo más grave? A ciencia cierta no conoces la causa.

Qué son las ojeras.

Nivea dice en su página web que las ojeras son el efecto visible de los vasos sanguíneos cuando nuestro cuerpo no recibe el oxígeno o la hidratación necesaria. Al carecer de oxígeno, la sangre fluye más lentamente y su color se oscurece. La piel de los parpados de los ojos es muy fina, carece de tejido graso, es casi transparente. Por eso estas alteraciones se aprecian con más facilidad.

Por debajo de los parpados inferiores transcurren una gran cantidad de vasos capilares y nódulos linfáticos. Estos son apreciables bajo la piel de los parpados. Dependiendo del tipo de piel, las ojeras serán más marrones o azuladas.

Hay determinados grupos de personas que son más propensos a padecer ojeras. Uno es el componente genético. En algunas familias es normal que sus miembros padezcan este problema. Esto se debe a que la piel del contorno de los ojos es más delgada. La finura de la piel es un rasgo hereditario.

También es frecuente en personas con la piel más oscura. Son más propensas a padecer hiperpigmentación, es decir, a que aparezcan manchas en la piel. A medida que pasan los años y la persona envejece, es más habitual que aparezcan ojeras. Esto se debe a que la piel de los parpados se va haciendo más fina. Personas con determinadas condiciones médicas, como problemas con la tiroides, son propensos a padecerlas.

Otros expertos dicen que las ojeras son una alteración de la coloración de la piel ubicada bajo los ojos. Se debe a un exceso en la producción de melanina y a la dilatación de los vasos capilares que están debajo de la piel del parpado. Esta alteración sigue la forma del músculo orbicular que rodea la órbita del ojo.

Aunque se asocia con el cansancio y el exceso de sol, no existe una causa definida. Se piensa que es consecuencia de múltiples factores. Algunos son fisiológicos, otros relacionados con la hiperpigmentación y otros derivados de la sarcopenia, escasez de carne y músculo.

Tipos de ojeras.

La revista UnCómo, editada por Mundo Deportivo, recoge 6 tipos de ojeras producidas por distintas causas:

  1. Ojeras transitorias. Son las más comunes. Las que hemos padecido la mayoría de nosotros alguna que otra vez. Están relacionadas con la falta de sueño, el cansancio y el estrés. Es una señal que envía nuestro cuerpo, indicándonos que necesitamos descansar. Desaparecen con el paso de los días.
  2. Ojeras hundidas. Son más difíciles de tratar. Son un surco pronunciado que va desde el inicio del lagrimal hasta la mejilla. Están relacionados con el envejecimiento y con cambios físicos que implican una mayor flacidez de la piel, como puede ser pérdidas drásticas de peso, síntomas de algunas enfermedades o malos hábitos alimenticios.
  3. Ojeras por edad. Son parecidas a las anteriores, pero se expanden hacia un poco más hacia los lados y van acompañadas de las patas de gallo. Son causadas por el aumento de la flacidez en los músculos de la órbita del ojo y por la disminución del riego sanguíneo en la zona.
  4. Ojeras azules. Pueden ser azules o moradas dependiendo del tono y tipo de piel. Es una alteración en la pigmentación del párpado que se intensifica a medida que se separa de la línea de pestañas. Tiene un aspecto alarmante, parece como si fuera un hematoma generado por un golpe en el ojo. Su origen es vascular y aparecen por falta de sueño, por abuso del tabaco y el alcohol, por el consumo de ciertos medicamentos o como síntoma de algunas enfermedades. Aunque desaparezca la causa, suelen dejar secuelas que se pueden tratar.
  5. Ojeras pigmentadas. Tienen un color marrón o anaranjado y se deben a un aumento de la melanina. Surgen por causas genéticas o por cambios hormonales que afectan a la piel. Son más habituales en personas con pieles oscuras o bronceadas.
  6. Ojeras por alergia. Es una reacción de nuestro cuerpo ante un agente externo del que somos alérgicos. Se producen por una congestión de los vasos sanguíneos que discurren por la zona ocular. Una manifestación más de un proceso alérgico como es picor de ojos o los salpullidos en la piel.

Remedios caseros.

La sabiduría popular ha desarrollado una serie de remedios para disimular y hacer que las ojeras sean menos evidentes. Hay que señalar, que si bien calman la zona, no las eliminan, y menos aquellas más persistentes, como son las ojeras hundidas y las ojeras azules.

El remedio más popular es el frío. Consiste en sujetar unos cubitos de hielo sobre los parpados inferiores durante varios minutos. De esta manera se reduce la inflamación del músculo orbicular.

Un remedio clásico es el pepino. Para ello hay que colocar una rodaja de pepino en cada ojo durante 30 minutos. El frío del pepino, recién sacado de la nevera, su vitamina E y su poder hidratante, combate la sequedad de los ojos y reduce las bolsas generadas en su contorno a causa del cansancio.

Las clásicas bolsas para hacer infusión de manzanilla se utilizan para paliar cualquier irritación en los ojos, y también son útiles para refrescar los párpados. La manzanilla tiene un efecto antiinflamatorio, que si bien no eliminará las ojeras, si las hará menos evidentes. Para emplearla hay que hacer una infusión y esperar a que se enfríe. Durante unos minutos presionamos las bolsitas ligeramente contra los párpados. Si se secan, siempre las podemos remojar en la infusión.

Un remedio poco conocido, pero bastante eficaz, es el tomate. Esta hortaliza contiene una alta concentración de antioxidantes que nos ayudaran a reducir bolsas y ojeras. Para ello hay que formar una masa con tomate triturado y unas gotas de limón, que extenderemos con la yema de los dedos sobre la zona y dejaremos actuar 15 minutos.

Cómo corregir las ojeras.

Si vemos que tenemos unas ojeras persistentes, que no terminan de irse o han adquirido un color alarmante, es recomendable acudir al oftalmólogo. La doctora Cecilia Rodríguez, una cirujana ocular canaria, nos comenta en su página web esteticaocular.com que el mejor remedio para corregir las ojeras es por medio de la cirugía, y en concreto de la blefaroplastia. Una intervención médica no invasiva de efectos casi inmediatos.

La blefaroplastia consiste en una pequeña incisión en el párpado inferior, por la cual se tensa y se corta la piel sobrante. De esta forma se recupera la tensión del parpado, se refuerza el tono muscular y se eliminan las bolsas que se habían formado.

Se trata de una cirugía ambulatoria, que no requiere ingreso y que se realiza en una hora aproximadamente. Se efectúa con anestesia local, por lo que el cliente está consciente en todo momento, relajado e insensible al dolor.

Es frecuente presentar hematomas en el parpado después de la operación, que la piel irá reabsorbiendo durante la primera semana. Durante el periodo de postoperatorio se recomienda no realizar ningún esfuerzo intenso para no forzar un posible sangrado y acelerar la recuperación.

El cirujano suele recetar al paciente una pomada antibiótica para aplicar sobre la herida y la colocación de apósitos de frío para reducir la inflamación. Pasada una semana, se quitan los puntos de la incisión. Al cabo de un mes la cicatriz que dejó la operación se vuelve invisible.

Una de las ventajas que tiene esta técnica es que tiene unos efectos permanentes. La blefaroplastia para corregir ojeras se puede combinar con otros tratamientos, si el cirujano lo ve oportuno. Por ejemplo, en ojeras azules que dejan secuela se puede proceder a un drenado de los nódulos linfáticos.

En los casos en los que se hayan formado bolsas de grasas debajo de los parpados, a consecuencia de la edad, se procede a su eliminación.

Los cirujanos coinciden en que cada parpado es diferente, y en que antes de proceder a la operación es necesario examinar la zona y determinar cuáles son las causas de las ojeras. En ocasiones, donde parece que se ha formado una bolsa de grasa, hay una retención de líquidos, producida por razones hormonales. Entender la anatomía de la zona es crucial para efectuar una intervención efectiva y duradera.

Las ojeras no pueden ser un motivo que nos quite el sueño. Acudiendo a un buen profesional se pueden corregir.