Burgos es una ciudad que tiene muchas cosas maravillosas que ofrecer a sus visitantes. Entre ellas, cabe destacar su impresionante catedral de estilo gótico y la morcilla del mismo nombre o el queso típico de la zona que es famoso por su ausencia de sabor y esa textura suave. Nuestros amigos de la Casa Rural Camino Blanco, anfitriones de excepción en una ubicación estratégica, avalan que la provincia ofrece un sinfín de opciones y posibilidades para disfrutar de una escapada y unos días de desconexión.
En nuestro país, algunas provincias y ciudades no tienen tanto renombre como otras, a pesar contar con todo lo necesario para convertirse en destinos de diez. Por eso, hemos decido hablar en esta ocasión de Burgos, esa conocida desconocida que queda a medio camino del norte e invita a pasar un tiempo visitando sus comarcas, disfrutando del paisaje y encontrándose con el pasado (no hay que olvidar que allí se encuentran unos de los yacimientos arqueológicos más importantes, los de Atapuerca). En esta ocasión, vamos a adentrarnos en la ciudad más pet friendly, haciendo un repaso por todos los lugares perrunos que hay en la ciudad y en los que puedes estar con tu peludo amigo.
Indudablemente, Burgos todavía no está al nivel de otras ciudades como Madrid, Barcelona o Gijón, en estas cuestiones, pero ha avanzado de forma notable y satisfactoria en los últimos tiempos y, donde antes los perros no eran bienvenidos, ahora son el reclamo para los clientes. De forma lógica, el cambio se produce sistemáticamente, puesto que es cada vez más habitual que nos movamos con nuestro perrete y ante el “no se admiten perros” nos demos media vuelta y a otra cosa. Si los hosteleros y el pequeño comercio quieren ganar clientes en lugar de perderlos, la entrada peluda debe ser un derecho.
Está demostrado que los animales suelen mostrar comportamientos ejemplares en los lugares públicos (algo que muchos niños no saben hacer) y no suponen ninguna molestia en la mayoría de los casos. Aunque siempre puede haber excepciones. Lo mejor es saber si tu perro va a comportarse y, en caso contrario, estará mejor en casa.
Política pet friendly
Adoptar una política amigable con las mascotas solo puede hacer que beneficiar a los establecimientos. Si Burgos se convierte en una ciudad pet friendly, seguramente vera un incremento de sus turistas. Los perrunos anteponen siempre lugares amigables con sus mascotas a lugares con renombre. Para ciudades como esta, contar con lugares donde se admitan perros o mascotas, es un reclamo de excepción.
Debido a esta aplastante realidad, las empresas están cambiando sus políticas hacia las más amigables, siendo los hoteles los que mas nota han tomado. En los últimos años, este sector ha pasado de ser mayoritariamente anti mascotas a todo lo contrario. Es raro encontrar alojamientos que no acepten compañía peluda aunque todavía tiene algunas restricciones y no permiten el acceso a todas las instalaciones del hotel. No obstante, se trata de un gran paso que no tardará mucho en dar lugar a los hoteles en los que las mascotas puedan acceder a todo el recinto.
Los restaurantes, bares y cafetería también han tomado nota y son cada vez más proclives a permitir la entrada con peludos. Los establecimientos permisivos, lo muestran claramente en sus accesos, en los que disponen de un distintivo verde que señala que son bienvenidos. Aun así, en aquellos que no cuentan con el cartelito, conviene preguntar pues en la mayoría se aceptan.
Ir de compras por la ciudad de Burgos es algo que puedes hacer libremente con tu peludo. La gran mayoría de tiendas de ropa, suele permitir el acceso con perros, salvo en los de raza grande que pueden encontrar alguna traba. Los comerciantes tienen la creencia errónea de que estas razas de mayor tamaño pueden resultar más molestos que los pequeños. Lo cierto es que este hecho puede tomarse como una discriminación puesto que el acceso debería depender exclusivamente del comportamiento del animal (y de su dueño) y no de su tamaño ¿Cuántas veces un pequeño Chiguagua incordia más que un Gran Danés? Muchas.
La realidad es que los animales dan mucho menos problemas que los humanos ya que suelen comportarse bien en la mayoría de los casos. Algo que a los humanos a veces nos cuesta. Aunque Burgos se está poniendo las pilas, tiene alguna asignatura pendiente como el tema del transporte público. El acceso de perros guía o en transportín está ampliamente aceptado, pero no el de mascotas a pie. Son muchas las ciudades europeas en las que los animales viajan en transporte público sin que exista problema y, en España, algunas ciudades lo permiten desde hace años sin generar debate. Si bien es cierto que se limita a transportes como el metro o el tren, pues los autobuses todavía no contemplan esa alternativa. En ciudades como Burgos, en las que la movilidad es en autobús, quizá, deberían plantearse habilitar una zona para que puedan viajar perros que no quepan en un transportín.
Exclusivo para mascotas
Otro aspecto en el que Burgos está avanzando en cuestiones pet friendly, es en la creación de parques caninos. Las zonas de esparcimiento exclusivo para perretes son una realidad que gana terreno y, aunque en este sentido también se puede mejorar, lo cierto es que se han construido numerosos parques. Los ciudadanos alegan que algunos están en zonas que pueden resultar peligrosas para los canes, situados cerca de carreteras y con una sola entrada de acceso que permite que los perros puedan escaparse cuando entre otro.
En la misma línea, se considera que la mayoría de los parques caninos están cercados con sus correspondientes vallas, pero son bajas y fáciles de saltar para algunos perros más aventureros. Tampoco cuentan con buena iluminación ni fuentes, algo que sucede en toda la ciudad, donde las fuentes para perros están ausentes.
Quizá para los que vivimos en grandes ciudades, estos avances que ha hecho Burgos en cuestiones perrunas, no nos sorprendan pues para nosotros se trata de algo habitual. Pero saber de antemano que ciudades como esta se han puesto al día en materia peluda, puede invitar a visitar la ciudad, lo que va a conllevar un aumento del turismo y la consiguiente respuesta positiva por parte de las empresas y organismos con potestad para seguir cambiando las cosas.
Además en la provincia burgalesa, hay muchas cosas que se pueden hacer con tu peludo. Una de las que más nos gustan y llaman la atención es seguir un itinerario que te lleva a los restos de la ciudad romana de Clunia Sulpicia. A su paso, es posible adentrarse en una de las míticas películas del western protagonizada por Clint Eastwood, “El bueno, el feo y el malo”; recordar a ese gran amigo de la fauna ibérica en el pueblo que vio nacer al gran animalista Félix Rodríguez de la fuente, Poza de la Sal y, convertirte con tu peludo en un marinero de agua dulce, navegando por el Canal de Castilla.
Al llegar a esas antiguas ruinas romanas, los perros pueden recorrer todo el terreno y poner a prueba sus trufas a través de toda clase de edificaciones típicas de las grandes urbes romanas: el foro, la basílica judicial los templos y termas, mercados y un gran teatro levantado en el siglo I y que tenía capacidad para nueve mil espectadores.
Sin salir de la península, puedes adéntrate en el Far West, el Valle de Arlanza, muy cerca de la localidad de Contreras, fue el escenario en el que Sergio Leone dirigió a Clint Eastwood que, en la actualidad es dog friendly y accesible en coche.
Y llegamos al punto fuerte de la provincia de Burgos, ese aspecto en que gana con mucho a todas las provincias españolas: un barco dog friendly. Si, el Canal de Castilla, puede ser recorrido en un barco que admite perros en su aventura. Así que, si os gusta navegar, os gusta viajar con vuestro peludo y no conocéis Burgos, sin duda, esta puede ser la razón que haga que sientas mayor interés por conocer la provincia.
La ruta fluvial parte de Melgar de Fernamental y dura unos sesenta minutos y cubre el tramo que pertenece a las tierras burgalesas (el canal atraviesa Burgos, Valladolid y Palencia).
Por último, el itinerario que nada tiene que envidiar a la ruta por Atapuerca, culmina en la localidad natal de Félix Rodríguez de la Fuente, una pequeña villa medieval que cuenta con un afloramiento salino (de ahí su nombre: Poza de la Sal) que cuenta con un centro interpretación que es más que dog friendly.
Como se puede comprobar, Burgos es mucho más que su exquisita morcilla y su insulso (aunque rico) queso. Más que su imponente catedral y Atapuerca. Burgos es una ciudad que avanza a paso de gigante hacia la pet friendly manía, cada vez más cerca de convertirse en un referente turístico por su gran capacidad de aceptación y adaptación a los tiempos, contando siempre con las necesidades de sus habitantes y visitantes. La unión hace la fuerte y cuanto más visitemos Burgos, mas pet friendly se hará.